la casa de la familia Ruborottzi

Tras mi primer encargo, el cual realice sin problema alguno, decidí pasar por algunos recuerdos que me train nostalgia, aun se mantenia la pequeñ iglesia donde me habia criado, habia pasado un par de años desde que murió aquel sacerdote corpulento que me educo, pero su santuario seguia bien cuidado, luego visite algunos lugares que me traian recuerdos, parecia como si el tiempo no hubiera pasado por ellos, la noche se paso rapida y decidi presentarme en la casa de don Ruborottzi,seguro que se alegraria al ver que su preocupacion habia desaparecido, llegué a la casa un par de tipo me interrogaron unos segundos, era lo normal, despues me dejaron continuar, subi las escaleras hasta el despacho de don Rubottzí y toque la puerta pidiendo permiso para entrar, aproveche para ajustarme mi chaqueta, suponiá que tras este encargo podria darme un baño y descansar unas horas,pensé mientras esperaba el permiso del don.

Entré algo estrañado , mas la voz era de una mujer y no la del don, seguramente seria la señorita Loreta, al entrar comprobe que no me equivocaba, incline levemente la cabeza como señal de saludo

-Buen dia , señorita Loreta- saludé con el tono seco que me caracterizaba mientras me acerque un poco pero manteniendo las distancias, el don no se encontraba allí asi que decidi preguntar

-Disuclpe sabe donde se encuentra DonRuborottzi? necesito hablar con èl- pregunté mientras observaba aquella habitacion con semblante tranquilo

Estaba con Marco en la planta baja, en un discreto salón donde bebíamos un poco de grappa. Le había ecargado el seguimiento del nuevo miembro, nunca podíamos arriesgar. Me informó de su efectividad y forma de actuar -Bien, entonces supongo que tendrá que regresar para darme el informe- Me puse en pié con el vaso de grappa en la mano, Marco tambien se puso en pie para acompañarme -No te preocupes quedate y termina de disfrutar de la copa- Le sonreí de lado mientras caminaba hacia la salida, para luego, con paso tranquilo observando las paredes de la mansión, dirigirme a las escaleras, las cual comencé a ascender, recordando cuantas veces lo había hecho para ir a ver a Martino...Dibujandose una sonrisa en mis labios, eran recuerdos gratos. Aunque esa sonrisa se borró ante los recuerdos que vinieron despues...Suspiré acabando de subir la escalera que se me hizo eterna.

Al llegar arriba pude ver la puerta de mi despacho abierta, asi que caminé hacia ella terminando de abrirla observando la escena interior, aun sin dar señal de mi presencia, quedando en silencio, tenia curiosidad por ver como Amadeus se comportaba...

Por la mirada de aquella mujer, supusé que me estaba examinando, almenos mis reacciones, afirme con la cabeza y acercandome hasta una de las estanterias, hice como si estuviera mirando los titulos escritos en sus lomos.

-El encargo esta despachado y con exito señorita, de ser lo contrario no me atreveria a regresar y provocar una humillacion al don, nunca tengo por constumbre regresar con las manos vacias- respondí sin sentimiento como siempre mientras mi vista se volvia hacia la de ella, era una mujer verdaderamente hermosa, pero por algo extraño mi interes por las mujeres se centraba en aquellas que fisicamente eran mas corrientes, ella desprendia glamour.

-Nuestro amigo Fabio no volvera a coger una ``camara´´ - informé ironico brevemente mientras me sentaba en una de las sillas

Me apoyé en el marco de la puerta dando un trago al vaso que contenía aquel licor transparente, mirando a ambos -Entonces mano negra, muestrame lo que traes- Dijé mientras notaba como el quemor del licor bajar por mi garganta, con aquel alias le daba a entender que había averiguado cosas sobre él. Me separé del marco acercandome a ellos, dedicandole una sonrisa a Loreta, alargando la mano libre para tomar la suya besando el dorso de esta, liberandola para desviar la mirada a amadeus, esperando me respondiera de alguna de las maneras.

El don habia hecho acto de presencia , ``mano negra´´ hacia tiempo que nadie me llamaba asi, pero era grato oirlo, saque de mi chaqueta un sobre mediano de color amarillo algo estropeado, el cual contenian las fotos comprometedias de la señorita Loreta

-Buen dia Don Ruborottzi-Respondí mientras le entregaba en mano aquel sobre y volvía a sentarme con tranquilidad, observando aquella pareja tan ``enamorada´´

-Como le decia a la señorita Loreta, el bueno de Fabio, ya no usara mas su camara, tragicamente y por un descuido de èl su departamento ardio con el dentro, pero por suerte pude recuperar loq ue me pidió,estan todas creo que incluso de otras señoritas, no quise curiosear en su intimidad por eso me lleve todas las que habia, mire por encima para asegurarme que se encontraban concretamente las que pidió -
expliqué brevementre y dandole a entender que no me habia recreado con dichas fotos, algunas de ellas podian ser clasificadas subidas de tono, tras esto me volví ajustar mis guantes de cuero negro y esperé la respuesta del Don.

¿que pasaria con las demas chicaS? eso no lo sabia, sin duda la mayoria terminarian en la calle para vivir de ella y otras..encontrarian alguien que las mantuviera, pensé mientras la señorita Loreta preguntaba por ellas,mientras esperaba alguna respuesta por parte del Don, me limite a dejar mi vista perdida en uno de los cuadros de la sala, me apetecia descansar un poco , tumbarme un rato o quizas escuchar la radio,no solia frecuentar bares ni club, y ya habia leido el periodico de esta mañana anunciando el accidente producido en el bloque de apartamentos del difunto Fabio.

Miré un segundo a Loreta y despues a Don Ruborottzi esperando alguna indicacion