Buen Provecho

El frio no era nada para mi, no en esta epoca del año en esta parte, al sur de Rusia. Aun asi me escondi tras mi abrigo blanco con piel de zorro, caminaba por una calle llena de gente que iba a disfrutar de la noche,las esquinas de la calle estaban llenas de nieve grisacea.
Y yo solo veia manchas blancas y luces deslumbrantes, por un momento me senti sola y confusa, hasta que llegue al restaurante de lujo que queria visitar, un soplo de aire caliente me desperto.

- продолжайте - "adelante" oi que me decian mientras me quitaba el abrigo y dejaba mostrar mi vestido negro, de mis favoritos.

Me sente en una de las mesas y llame al camarero.

- Принесите меню, пожалуйста - pedi la carta y al instante me trajeron vino importado de España, lo saboree con los labios.

Hacía tan solo unas horas que habia aterrizado en aquel frío paraje, Rusia, hacñia años que no la visitaba. Mi inseparable compañero Marco me acompañaba, quien se encargó de alquilar un coche el cual ya estaba aparcado en la pista de aterrizaje. Yo vestía mi traje de chaqueta blanco llevando encima un abrigo grueso, hacia tiempo que no visitaba Rusia, pero aun recordaba el frio helador que allí hacía. Al dia siguiente tenía programado un encuentro con el actual Pakhan de los rusos -Signore il auto espeta...- Apresuró Marco, poco acostumbrado al frío -Calma..calma...- Sonreí acercandome, me abrió la puerta para luego ponerse el al volante, luego puso en marcha el coche para dirigirnos a la ciudad.

Me quede mirando el color rojo oscuro del vino cuando le dio la luz de la lampara de lleno,gire la copa despacio...
No sabia a quien estaba esperando,pero la pistola que tenia en la pierna no la iba a dejar nunca, quisiesen mis jefes o no, una mujersiempre parecia mas vulnerable.

Me entretuve observando a una pareja de enamorados, parecian recien casados, en mi rostro se formo una sonrisa burlona y despreciativa.

- Ни за что - " de ninguna manera", susurre en mi Ruso natal.

Me acomodé en el asiento trasero del coche, mientras Marco conducía, aunque poco acostumbrado a su frío, Marco conocia Rusia como casi la palma de su mano -¿Donde vamos Marco?- Pregunté abriendo un par de botones del abrigo -A cenar algo signore- Sonreí no vendría mal algo de comer. Tras un rato de camino llegamos a un restaurante, bajé del coche mientras Marco daba las llabes al mozo de la entrada, nos abrieron la puerta y recogieron nuestros abrigos. Observé todo el local -Este sitio le gustaría a Loreta- Comente, cosa a lo que Marco asintió. nos acomodaron en una mesa y nos entregaron la carta, a lo que alcé la ceja al ver que estaba en ruso, normal..., entendía un poco asi que no me costo el hacerme con los platos. Mientras Marco pidió una botella de vino.

Casi ni me di cuenta del par de personas que acababan de entrar, les mire por el rabillo del ojo, por la pinta que tenian se sabia que no eran de aqui...europeos occidentales, lo mas seguro.

Todo bien, les ovide hasta que uno de ellos pidio vino, y uno no muy aconsejable en este lugar. Lo pude oir porque estaban muy cerca de mi.

- Señor, yo que usted pediria otra cosa - dije sin mover la vista de la copa - ese vino no es de mucha calidad aqui - les mire con una sonrisa torcida - haganme caso.

Miraba la carta mientras Marco observaba la botella, bajé la carta mirando a aquella mujer que nos hablaba -¿Scusi?- Preguntó Marco un tanto indignado pues se hacia sabedor falso de vinos -Per favore Marco...- Le miré de reojo reprimiendo el darle la acostumbrada colleja que le daba cuando se "sobrepasaba" -Digame segnorina...¿Qué caldo nos aconseja?- Le pregunté mirando mientras el camarero esperaba sin abrir la botella que había traido

Sonrei,burlona, ese tal Marco parecia haberse ofendido. Me levante con un suspiro llevandome la botella y me pare frente a ellos.

- ¿Me permiten? - Me sente un instante y les puse la botella en la mesa - este es el mejor, confien en mi - les sonrei y guiñe un ojo - para cualquier cosa, ahi estare.

Me volvi a sentar en mi mesa con elegancia, sosteni mi copa y segui saboreando el vino.

Señalé la silla para que se sentara cuando pidió permiso, la escuchamos cuando hablo, auna si Marco mostraga cierta indignación. Asetí a sus palaras -Grazie...- La observé alejarse mientras Marco despedía al camarero puesto que aun no habíamos elegido -Segnorina...- Alcé la voz ya que estaba en la emsa de al lado -Le gustaria compartir mesa y vino con estos dos incultos? - La invité, a acompañarnos dedicandole una de mis mejores sonrisas. Marco me miró -Signore...- Susurró solo para mi -Non si preocupi assolo ceniamo...- Efectivamente solo ibamos a cenar, susurre a Marco agradeciendole con una sonrisa su preocupación.

Alze una ceja cuando pronuncio unas palabras, Italianos... tan educados ellos, desde luego, era uno de los idiomas que mas me atraia.

- Con mucho gusto señor, les acompañare, a usted y a su amigo... - hice una mueca al referirme a su amigo, seguidamente me volvi a levantar y me sente frente a ellos, no sabia porque, pero tenia la sensacion de que eran mas de lo que parecian, y mas parecidos a mi de lo que pensaba.

- No es modestia, pero no soy especialmente culta, solo tengo experiencia... - acto seguido levante la mano para saludarles - Irina.

La observé todo el rato con esa sonrisa -Ruborottzi...Lannian Ruborottzi...- Le sonreí ahora ampliamente, sabía que mi apellido era conozido en toda europa, y no pasaría desapercivido -Y el es Marco...- Marco sonrio a modo de saludo a Irina -Es adorable la notable experiencia en vuestro joven rostro- Señalé la carta -¿Seriais tan amabile de aconsejarnos?- No la dejé reaccionar ante quien era yo, segui como si nada

Ruborottzi.... ¿como podria haber dejado pasar su rostro y no recordarlo? Su nombre sobretodo, eran conocido en toda Europa, y para una espia como yo, Rusa era .... La mafia Italiana y la Rusa alguna vez se habian enfrentado.

Me aferre al borde de la mesa y tuve que parmadear varias veces, controlate, me dije, finge, se fria...

- Un placer conoceros a los dos - les sonrei amablemente pero era Lannian la diana de mis miradas - me halagais... - llame al mismo hombre de antes y le señale un vino en la carta - ¿ y que hacen dos caballeros como ustedes en este lugar?

Observé su reacción sin pasar desapercivida para un perro viejo como yo -Bueno eso son asuntos personales...- Le dije sin dejar de sonreirle -Pero para usted esto será un viaje de placer...¿Qué hay de malo que dos Italianos vsiten la fría y blanca Rusia?- Marco estaba pendiente de todo, por eso venía conmigo a todos lados, por eso era mi mejor hombre.

Sin duda, se habia dado cuenta de mi reaccion, asique cammie mi mirada pacifica por otra astuta y observadora, si era un buen lector, veria en mi "cuidado".

- No hay nada de malo, es un orgullo que dos italianos dejen su bella y calida tierra para visitar esta, tan fria y lejana.

Saque un cigarro de mi bolso y empeze a fumar,pensativa.

- No espero otros motivos nada mas que los..¿culturales?

La imité sacando un cigarro a lo que Marco sacó el encendedor ofreciendome fuego, encendi la punta del cigarro sin dejar de mirarla, viendo como había cambiado su expresión -Todo un placer pasear por estas blancas tierras...Y si...digamos que lo que me trae aqui es un intercambio cultural...- Sonreí dandole una calada al cigarro -Y algo me dice...que usted...me ayudara a ello...- Sin borrar la sonrisa de mis labios.

Llegué hasta un restaurante ruso, luego de un recorrido através de la ciudad, tenía deseos de probar la comida étnica local, y como tenía tiempo de sobra, enciendo un cigarrillo mientras me llevo un pulgar a los labios y dejo la mirada perdida. Alcabo de un rato, hice señas con la mano que llevaba el cigarrillo encendido hacia el camarero para que viniese a por mi orden.

-Good afternoon, could you bring me the menu?- "Buenas tardes, podría acercarme el menú?" fué mi petición antes deque el camarero desapareciese de mi mesa para dirigirse a la barra y quitar un menú y traérmelo. Me pasé con la mirada perdida todo el tiempo, hasta que me percaté de su regreso.

-could you give me the specialty of the house? and a bottle of red wine, please.- "Puede traerme la especialidad de la casa? y una botella de vino tinto, porfavor" pregunté luego de revisar mi capital en ese momento, finalmente me dediqué a observar al resto de la clientela sin mucho interés pero con un poco de curiosidad por observar la vida en ese lugar.

Le mire con precaucion, mal asunto.

- Por supuesto Señor Ruborottzi, como le dije, estoy aqui para lo que desee, no querria pecar de mala anfitriona - hice una pequeña reverencia con la cabeza - y digame... ¿que tipo de intercambio cultural quiere? Ya deberia saber a estas alturas cuales les puedo ofrecer - le di una calada al cigarro, e interiormente pensando en mis jefes, este sujeto me podia dar mucha informacion sobre muchas cosas que los mios necesitaban saber.

Para mi sorpresa, al girar la cabeza pude a observar a alguien tambien conocido, le mire disimuladamente fumando mi cigarrillo con gesto serio.

Di una lenga calada al cigarro, lenta sin retirar los ojos de ella, pues Marco era mis segundos ojos y era el quien estaa pendiente a todo y todos -Eso segnorina...es asunto personal...- Expulsé lentamente el humoo por el perfil de los labios -Sus ojos dicen mas que sus labios segnorina...usted sabe mas de lo que aparenta...- Marco llamo mi atenció, pues el hablar de aquel hombre evidentemente extranjero como nosotros, nuevamente le di una calada al cigarro mirando a Marco de reojo para regresar la mirada a Irina.

El camarero nos tomó nota a los tres de nuestra cena, y luego de rellenar nuestras copas con el vino que nos había cedido la dama. Sujeté la copa oliendo el caldo apra despues agitarlo lentamente volviendo a olerlo, esperando algun comentario por la muchacha, mientras alzaba la copa para hacer la cata completa de aquel vino y juzgar por mi mismo si realmente era tan bueno.

Entrecerré los ojos y sonrei de lado, alzando la mano hacia atras con un movimiento involuntario de reflexion; Lannian parecia un hombre normal y corriente, tampoco seria muy mayor, se conservaba bastante bien, pero era astuto como un zorro, y, al menos, educado.

- Entonces estamos en el mismo nivel.. - sonrei ampliamente - ah, no.. su experiencia es mucho mayor que la mia ¿verdad? en todos los sentidos., Y como bien debe saber, las cosas no se cuentan asi sin mas.

Espere a que catara el vino que le habia dado con una sonrisa en los labios, pero maquinando en mi interior, debia avisar a mis jefes de la persona que me habia encontrado.... muy curioso.

-¿Que le parece?